Archena, un clásico desde el siglo V a.C.

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Balneario de Archena - fuente Lo primero que llama la atención del viajero en cuanto a turismo se refiere en la Región de Murcia es el destino de sol y playa. No en vano este territorio cuenta con la llamada Costa Cálida, una extensión de 170 kilómetros con grandes playas de arena blanca, así como otras más pequeñas y acantilados. Por si esta oferta no fuera suficiente, allí está el Mar Menor, una laguna litoral que se separa del Mediterráneo por la llamada Manga.

Balneario de Archena - patioEl interior de Murcia ofrece un rico patrimonio de parajes y reservas naturales. Desde el Parque Natural de Sierra Espuña al Parque Natural del Valle, hasta recorrer espacios como la Sierra de la Pila y la Sierra del Carche, o lugares tan singulares como las Fuentes del Marqués (Caravaca de la Cruz) y el Salto de la Novia (Ojós). La meseta murciana expone un ondulante paisaje de viñedos arropado por las comarcas vitivinícolas de Jumilla y Yecla. Los municipios que conforman Sierra Espuña se diseminan por las comarcas interiores del río Mula (Mula y Pliego) y de Sierra Espuña (Alhama de Murcia, Totana y Aledo), localidades ricas en tradiciones culturales y costumbres arraigadas.

Fueron los pobladores íberos en Archena, en el V a.C., los primeros en disfrutar de las venturosas aguas del Balneario de Archena aunque fueron los invasores romanos quienes levantaron unas termas que sacaran partidos a este tesoro natural. Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los últimos años han sacado a la luz restos de lo que fue el Balneario en el siglo I d.C. Siglos después, durante el medievo, el Balneario pasó a manos de la Orden de San Juan de Jerusalén, y fue a partir de 1579 cuando empiezan a producirse más visitas debido al auge que empieza a tomar el Balneario de Archena.

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